No sólo se limita a la experiencia auditiva sino también a la percepción de vibraciones sonoras que generan sentimientos y provocan diversos estados de ánimo.
Por Daniel Flores Olmos
El cine y la televisión son eruditos en este tema en donde manejan el tiempo, acordes, notas y tonalidad adecuados para involucrarnos emocionalmente con la trama y pueden hacernos reir, llorar o entrar en un profundo estado de suspenso; y ésta influencia existe desde tiempos ancestrales en donde los chinos, los griegos y demás civilizaciones, descubrieron que la música los ayudaba a trabajar, a meditar (véase la música sacra), los impulsaba a luchar (es el propósito de las actuales bandas de guerra) e incluso a ponerse en contacto con sus dioses mediante danzas espectrales como lo hacían y continúan haciendo las tribus africanas, mayas, taraumaras, Indios, chamanes, etc.
Y es que no pocas veces me he preguntado en que consiste que al escuchar una tonada o una melodía, experimente una emoción involuntaria; pongo de ejemplo cuando estoy viendo una película de suspenso y empiezo a escuchar un continuo violín grave junto con el sonido palpitante de un tambor... … … “¡algo va a pasar!”; o la melancolía que se siente al escuchar un Adagio, y la fuerza que tiene una buena sinfonía de Beethoven; y la respuesta está en la esencia de las notas...
Existen notas alegres, notas melancólicas, notas de suspenso, etc y géneros musicales que emplean cierto tipo de notas y escalas para definir su estilo, como el Blues, que se le llama así por ser un género melancólico, al igual que el Tango, que definido por uno de sus más grandes representantes Discépolo: “es un pensamiento triste que se baila”.
Ahora entiendo porque a muchas personas les gusta escuchar cumbias y demás charanga: no es que sean incultos, sino que la emplean para estar “emocionalmente disponibles”.1
También los pediatras y pedagogos, recomiendan a los niños escuchar Mozart o Vivaldi por la métrica de sus composiciones y de este tema cito el siguiente texto:
“Existen numerosos estudios sobre la influencia de la música en los niños; además de producir cambios a nivel fisiológico (ritmo cerebral, circulación, respiración, digestión, metabolismo, tono muscular, sistema inmunológico o actividad neuronal), desarrolla un fuerte vínculo afectivo, que estimula su inteligencia emocional. Asimismo, a nivel psicológico, despierta, estimula y desarrolla emociones y sentimientos que pueden modificar el estado de ánimo y promover la reflexión, además de fomentar el autocontrol.
Intelectualmente, la música favorece la capacidad de atención y concentración, incrementando así su rendimiento en el trabajo; estimula la memoria, el análisis, la síntesis y el razonamiento, y por lo tanto, el aprendizaje; desarrolla el sentido del orden y facilita la creatividad. La música también se utiliza como terapia de distintas dolencias como ansiedad, estrés, alteraciones del sueño, autismo, etc.”2
Es por todo lo anterior que exhorto a los lectores(as), a encontrar un género que nos despierte nuestras mas positivas emociones, nuestros mejores pensamientos y la mejor actitud posible; propongo emplear la música en las fábricas para motivar a los empleados, en las oficinas para generar un agradable ambiente de trabajo y en los automóviles para tranquilizar a tanta gente que, consciente o inconscientemente, tiene como hábito agredir a los demás.
1No la amuelen, existen otros géneros que los pueden poner igual de buenas y menos de malas a mi. (véase Rock, Country, Electrónica, House, etc)
2http://www.conmishijos.com/expertos-familia/beneficios_de_la_musica_en_los_ninos/113
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