martes, diciembre 20, 2011

Discurso de Federico García Lorca al inaugurar la biblioteca de su pueblo Fuente de Vaqueros (Granada), Septiembre de 1931.

Medio pan y un libro

"Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. ‘Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre’, piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.

Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.

No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.

Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?

¡Libros! ¡Libros! He aquí una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: ‘¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!’. Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.

Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: ‘Cultura’. Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz.

Carta de Carlos Alazraky a Andrés Manuel López Obrador

CARTA DIRIGIDA A ANDRÉS MANUEL HUGO LÓPEZ OBRADOR CHÁVEZ
Por Carlos Alazraky

Estimado presidente “legítimo”:
Sirva la presente para felicitarte por tu quinto año de presidente del País de las Maravillas.
Un presidente que ha vivido cinco años de fantasía.
Un presidente que ha vivido en sueño no hecho realidad.
Un presidente que en cinco años nos ha divertido mucho con sus ocurrencias.
Gracias a tus cuentos, aprendí que existe una mafia que domina nuestro país.
Una mafia de malditos que quieren mover a nuestro país como se les da la gana.
Una mafia de malditos que quieren mover a México para proteger sus propios intereses.
Una mafia que tú defines como empresarios y que yo defino como políticos.
Y que además los defino como políticos transas, políticos corruptos y, por supuesto.... políticos mentirosos.
Políticos tan mentirosos y tan cínicos como... tú.
—Sin duda— el político más mentiroso de este país.
Y ahora resulta que en la “celebración” de tu quinto año de mandato decides copiarle a Hugo Chávez sus idioteces.
Inventas un decálogo muy básico, un decálogo engañabobos, en el que, entre otras cosas, quieres nacionalizar los medios de comunicación para que no estén en manos de unos cuantos.
Y para que estos cuantos no secuestren al país.
A esta nacionalización tú la llamas “democratizar”.
Vaya hipócrita...
El burro hablando de orejas...
Tú hablando de democratizar.
El mismo gran ser humano que no enseñó nunca las licitaciones para la construcción del segundo piso.
El mismo gran hombre que sigue sin rendirnos cuentas de cómo vive sin trabajar.
Ese mismo gran hombre que usa trajes de Hugo Boss, reloj de Tiffanys y camionetas que no son exactamente Tsurus.
Ese mismo gran hombre que se burló de toda una sociedad llamándolos pirruris, cuando lo único que hizo esa sociedad fue protestar por tanta delincuencia.
Ese mismo hombre que traiciona a su partido pidiendo el voto para otro partido.
Ese mismo hombre que traiciona a Cuauhtémoc Cárdenas, a Rosario Robles y a otros políticos más.
Que traicionó al PRI y que traicionó a cualquiera que no le convenga a sus intereses personales.
En pocas palabras, has sido un mentiroso y un traidor.
Hoy nada más te siguen los de siempre.
Porque hoy ya muy pocos creen en ti.
Echaste por la borda todo tu capital político.
Un capital político que sin amigos y sin dinero no te llevará muy lejos.
Te la jugaste y perdiste.
Porque dos cosas si te garantizo:
México no es Venezuela,
Y...
Seguro tú no serás el próximo Presidente de México.