Una reflexión acerca de la pérdida de cordialidad y atenciones por medios electrónicos.
Por Daniel Flores
Me pasa varias veces al día, todos los días: como es mi costumbre, regularmente estoy conectado por todos los medios posibles: Messenger, Skype, Facebook, Twitter, Google Talk, BlackberryMessenger, WhatsApp, Linkedin… y son realmente contados los contactos que tienen la atención de saludar cordialmente; el resto no saludan; hay contactos a los que tengo incluso años de ver conectados todos los días y no nos saludamos, y algunos otros simplemente escriben: “oye, se me está atorando mi Blackberry, ¿qué hago?” “Daniel plis ayúdame! mi laptop no enciende”; (¿¿y los buenos días??) lo mismo pasa por correo electrónico (véase el famosísimo “FYI” sin un saludo precedido). Habrá algunos quienes no le den importancia al saludo, yo… ya me empiezo a acostumbrar.
Pero esas mismas personas que no tienen atenciones por medios electrónicos, te las encuentras en el pasillo y te dan la mano y te preguntan cómo estás o te dan un caluroso ósculo en la mejilla; la gente se transforma cuando no da la cara.
Y es que no es solo el saludo, sino en general el contexto de la redacción: sin atenciones, sin cordialidad, sin consideración. No pocas veces me ha pasado que saludo a alguien personalmente, de una manera bastante cordial y amable pero, minutos después, recibo un correo con copia a la santísima trinidad, lanzando un reclamo o desquitando su furia por alguna razón.
Por Internet nos atrevemos a decir cosas que no le diríamos a nadie en su cara; ponemos límites, reclamamos, somos exigentes, dignos, déspotas, fríos, pero personalmente bajamos la mirada y sonreímos. ¿Cuál es la definición de hipocresía?. Lo mismo sucede en el automóvil: si voy caminando por la calle sería incapaz de darle un codazo a alguien para pasar yo primero, pero estando al volante, aviento lámina, me atravieso, invado carriles y hasta pinto fingers.
¿Qué pasa con los valores a través de Internet? Si soy educado, cortés, atento, amable y respetuoso en una interacción personal, ¿no debería serlo en todos lados y por todos los medios? Ya lo decía Dale Carnegie en su libro “Cómo ganar amigos e influir sobre las personas” Capítulo 2, Regla 2 “Sonría”: “El efecto de una sonrisa es tan poderoso… aún cuando no se le ve. Su sonrisa es transmitida por la voz…” y yo agregaría: “y por internet también.”
Usemos Internet para evolucionar las relaciones humanas, no para degenerarlas.
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