domingo, octubre 22, 2006

Tener lo último en tecnología


Tener lo último en tecnología; gusto, necesidad o manía?
Daniel Flores


Definitivamente todos los que estamos dentro del mundo de la tecnología, estamos de acuerdo en que si compramos algún equipo que sabemos, es “lo último”, 5 minutos después saldrá algo que será lo más último y así sucesivamente.

Estamos acostumbrados a estar al pendiente de las últimas noticias de qué marca sacó cual modelo, para que sirve y cuanto cuesta; bueno, hasta sabemos cuando lo van a lanzar en México y estamos invitados a la presentación. Pero lo que no estamos acostumbrados a hacer, es evaluar nuestras necesidades y la de gente que estamos asesorando que, por cierto, se acerca a nosotros por que nosotros somos los que sabemos.

Es por eso que existe una gran diferencia entre el: “te aconsejo que compres tal modelo”, o bien: “no compres nada, así estas bien”, al: “si estuviera en tu lugar compraría tal procesador”.

Hace un mes estaba decidido a vender mi actual computadora de escritorio para comprarme la nueva Dell con un hermoso procesador Pentium D a 2.8, 2 GB en RAM y un maravilloso disco de 400 GB. Pues bien, me di a la tarea de anunciarla a toda mi lista de correo y alguien me contestó para decirme que estaba interesado en mi PC. La llevé para que la revisara pues era prácticamente seguro que se quedaba con ella. Por supuesto, yo ya me saboreaba la nueva computadora y ya estaba pensando en comprarle un mueble nuevo pues el actual no combinaba con el color. Pero mi cliente decidió no comprarla porque pensó que era buena idea comprarse una nueva.

En ese momento empecé a hacerme a la idea de decirle adiós a mi computadora nueva, pero además me preguntaba para que querría mi cliente una computadora nueva a 2.8 con 2 GB en RAM y disco de 400 GB, si sólo iba a hacer trabajos en Word y revisar su correo… y no se me hizo muy lógico ya que el procesador que yo le ofrecía era Pentium III a 800 Mhz con 256 en RAM y disco de 40 GB, y le funcionaría más que bien para las funciones que ya mencioné. Eso me hizo reflexionar y después me pregunté para que querría yo una computadora como la nueva, si apenas me daba tiempo para revisar mi correo, hacer algunos trabajos en Dream Weaver y de vez en cuando jugarme un Age of Empires. Decidí ya no vender mi computadora y mejor comprarme una laptop nada cara, que tanta falta me hacía y en la cual estoy escribiendo estas líneas. Comentando esta reflexión, muchas personas más están de acuerdo en que siempre compramos lo más caro en vez de lo que más nos será útil.

Antes de comprar cualquier equipo, no sólo de cómputo sino también electrónico, recomiendo preguntarse antes que es lo que realmente cubriría sus necesidades y no que es lo que calmaría su ansiedad de tener lo último de lo que sea, aunque lo ocupemos cada semana y al 20% de su capacidad.

Good Byte!

No hay comentarios.: